Sí… como lo oyes.
Esta frase me la dijo ayer una clienta que sufría porque si hija de 7 años no terminaba todo lo que la echaba en el plato para comer y ella se enfadaba mucho, así que ni corta ni perezosa, cada vez que ve un pobre en las calles de Santander la dice:
– Mira, este hombre es pobre y está en la calle pidiendo por qué de niño, no acababa la comida que tenía en el plato y su madre la tiraba a la basura.
Yo la verdad es que alucinaba en colores y la decía
¿Pero tú sabes lo que estás haciendo? A lo que ella me respondió
– Sí, a lo mejor es que tengo que hacer menos comida.
Precisamente ayer te hablaba en el anterior correo, del cuidado que debemos tener con lo que les decimos a los niños, porque esa información se está quedando grabada en su subconsciente y está determinando su forma de actuar hasta el fin de sus días y este es el mejor ejemplo de ello.
Porque esta niña está aprendiendo que para no ser pobre hay que comer TODOOOO aunque no tengas hambre, pero lo malo es que acabara teniendo una relación insana con la comida y destructiva con su cuerpo.
